!!Gracias Dominican Flave!!

ESTAMPAS DOMINICANAS>

Entre Dos Amores

Sumergida en una taza de café escudriñando mis memorias y viejas fotografías, veo rostros, veo personas, cosas, veo otro mundo. Algunas fotos ajadas por el tiempo.

Reverdecen mis recuerdos como si estuviera presente de nuevo en cada una de ellas. Imágenes apresadas de algunos instantes de mi vida. Me propuse limpiar algunas telas de arañas, sacudir el polvo del olvido y transportarme a ese preciso instante, en que el lente captó esas energías vivientes.

Momentos que vivimos y no sabemos que serán los recuerdos del mañana. Momentos pasmados en el tiempo y ahora en la distancia. Cuantas risas, caras, familiares y lugares que en un trozo de papel me remontan a los atributos que envolvían cada una de ellas.

Instantes, de eso esta hecha la vida, intervalos de segundos, minutos, horas, días, años…

Interminable seria desojar cada una de las hojas del libro de mi vida. Pero son mis vivencias, estáticas, apresadas, llenas de lo tradicional y simple que fue mi vida en mi tierra.

Una tierra que tuve que renunciar físicamente, donde se quedaba la mitad de mi vida, y toda mi familia. Desarraigada de ellos, mi todo, el todo que formó mí alma. Una vez oí decir a alguien: “Que el tomar un avión para otro país no cambia las personas”. Y es muy cierto, llegué a otra tierra y otro idioma que ya había estudiado, del cual me faltaba la practica en hablarlo. Trabajando y puliendo mi estadía en este nuevo mundo para mí. Donde el calor del verano me sofocaba y los días grises entre rascacielos y nevadas, me llenaban de momentos melancólicos con ansias de volver a mi terruño tropical.

Emigrante ese es mi nombre, abandonado la madre patria por nuevas ambiciones y metas que en mi país no podía realizar por factores económicos y la desfachatez política. Pero esa es mi tierra con sus defectos y virtudes.



Muchos más como yo nos hemos atrapado en el sistema de este país que nos ha abierto las puertas a los que queremos dar todo de nosotros, sudor que ha hecho de esta gran nación única llena de tantas culturas e idiomas. Un sistema de vida el cual no se puede nadar contra la corriente para sobrevivir en él. Otros han llegado como yo, llenos de sueños y en busca de un mejor vivir. Emigrantes que a pesar de la distancia y el abandono de nuestra tierra no hemos dejado de sentir esa algarabía cuando escuchamos nuestra música o degustamos nuestras cocinas.

Emigrantes atrapados en el amor a esta nueva tierra que hemos hecho nuestra segunda patria. Ya que estamos aquí, ¿Qué Hacemos? adaptarnos y envolvernos en nuestra comunidad, aprender el idioma, y pensar en nuestra estadía, mantenernos fuera de problemas legales e informarnos de nuestros derechos humanos más que abusar de ayudas gubernamentales, por haraganes mentales que han hecho eso toda su vida.



Muchos emigrantes se quedan arraigados a la idea de volver a sus países de origen, con los ahorros que hagan en este, muchos que no logran a adaptarse al ritmo de vida y la sociedad consumida sin muchos valores morales. Nosotros emigrantes con nuestras costumbres y tradiciones familiares nos enfrentamos a otro problema en nuestras familias. Nuestros hijos nacidos con mas posibilidades de estudiar y construir su futuro, Cargamos ese choque cultural cuando la disciplina esta por encima de muchas familias destruidas o abandonadas al desafuero y el materialismo.

La cultura es la vida de los pueblos, su identidad entre otras culturas. Emigrantes hemos creado una “Cultura homogénea” donde damos el todo por el todo con sacrificios y recuerdos que arden en nuestras memorias. Recuerdos auténticos del pasado que vivimos en nuestra tierra que ya no es la misma, con cada día que pasa por más que pregonemos nuestro amor a ella, no podemos regresar y establecernos al ritmo de vida en que nos criamos. La criminalidad, el desafuero, la decadencia de una familia unida, que es el núcleo de cualquier sociedad, el costo de vida y las condiciones precarias en que muchos todavía se encuentran en nuestros países de origen, por burocracias y políticas corrompidas que no se ve a plena vista lo positivo que hay.



Todavía creo en que hay personas buenas, de buenos sentimientos y grandes valores morales y espirituales que permanecen presas del sistema de vida. Nuestros países creados sin fronteras donde solo en América latina somos 22 naciones unidas por las mismas herencias históricas. Héroes, conquistadores, indígenas, emigrantes. Recuerdos de los que habitaron la América precolombina, huellas de nuestros antepasados. Huellas de nuestra flora y fauna y de las maravillas naturales que adornan nuestro suelo. Nuestros campos y nuestras gastronomías.

¿Porque estamos aquí si tenemos de todo en nuestras tierras?

Hispanos desunidos, donde achacamos muchos problemas a otros emigrantes, cuando todos sufrimos del mismo mal humano “Destierro”. Discriminación entre nosotros mismos y más desterrados como nosotros, por razones inhumanas. Creencias y culturas del viejo mundo que se mezclan en nuestras comunidades. Comunidades de minorías que tienen su propia voz. Y aprecian nuestras culturas.

En la Unión esta el ímpetu que nos motiva en ver cada uno con el lente mágico del pasado nuestros corazones, y preservar mantener viva nuestra memoria histórica, de ciudadanos de otros amores renunciados en la distancia. Todos uno bajo el mismo sol.





Esmirna Rivas © 2008





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Este precioso articulo es cortesia de ese maravilloso blog Dominican Flave.
Gracias chica Bella, porque tu escrito refleja ese dolor que llevamos dentro todos los dominicanos que tenemos que emigrar buscando nuevos horizontes y una vida mejor para nuestros hijos.